viernes, 29 de noviembre de 2013
martes, 26 de noviembre de 2013
ESE TENORIO MACHISTA
En blogs interneteros y sitios así, algunas militantes de la
rama ultrarradical feminazi -no mezclar ni agitar con las feministas
respetables, cultas, razonables, de infantería- echan espumarajos de
indignación porque, en este noviembre que ya fenece, ha vuelto a
representarse el tradicional Don Juan Tenorio en algunos
teatros españoles. Argumentan las individuas que la famosa obra teatral
de Zorrilla está protagonizada por un chulo machista y violento, un
misógino desalmado que medra con la mentira, el engaño y la seducción de
mujeres desvalidas; y cuya alma, para más Inri, acaba salvándose in
artículo mortis gracias al amor puro y los buenos oficios de la dulce e
inocente doña Inés. O sea, que ni siquiera el desenlace proporciona a la
espectadora concienciada el consuelo final de ver al infame seductor
ardiendo en los infiernos.
Recomiendan las antedichas radicalfeminatas, con esa deslumbrante facilidad para la simpleza sin complejos que a algunas de ellas adorna, que el Tenorio -«Pesadilla recurrente», lo llaman- no se vuelva a representar en jamás de los jamases. «El personaje es machista hasta el ridículo», afirma por escrito una de ellas, añadiendo -con cierta dislexia sintáctica, dicho sea de paso-: «Es el prototipo de aquello que buena parte de la ciudadanía queremos erradicar: la actitud chulesca, el desprecio a las mujeres, la exaltación de algo a lo que llaman amor hasta la muerte... Forma parte de una tradición que habría que desterrar de una vez por todas».
Uno, modestamente, conoce un poco el Tenorio. Desde niño. Entre otras cosas, porque mi abuela materna -a la que ninguna feminista de hoy podría dar clases de lucidez, cultura e independencia personal e intelectual- me lo recitaba a menudo, pues lo sabía de memoria, como casi toda la gente educada de su generación. Después, que yo recuerde, lo he visto innumerables veces, tanto en el añorado Estudio 1 de la tele como a lo vivo en teatros, representado por Armando Calvo, Fernando Guillén, Sancho Gracia, Juan Diego y otros -todos, en realidad- grandes actores de cada momento, con mujeres extraordinarias como Gemma Cuervo, Emma Cohen o Concha Velasco dándoles la replica en el papel de doña Inés. Quiero decir con esto que llevo cincuenta años de mi vida oyendo decir «Cuán gritan esos malditos», y algo me suena su materia: la ironía, la vanidad, la vileza, el orgullo, la culpa, el castigo, la redención, el honor ridículo y trasnochado. También, claro, los estereotipados personajes, la imperfección del verso, los ripios infames, lo antipático del protagonista y sus amigos. Esa clase de cosas. Y sobre todo, la certeza absoluta de que en esa obra teatral a menudo torpe, tópica de sí misma, late también algo genial que la hizo famosa y que todavía hoy le permite, ante cualquier clase de público, subyugar y divertir como pocas. La inmensa intuición dramática de Zorrilla, el instinto narrativo que circula bajo la piel de cada torpe y facilón verso del Tenorio, lo convirtieron en la obra de teatro más conocida y representada en la historia del teatro español. Un clásico indiscutible, incluso a pesar suyo. Historia inmortal de la escena dramática.
No hay nada más estúpido que mirar el pasado sólo con los exclusivos ojos del presente. Don Juan Tenorio, que recogió eficazmente una tradición literaria clásica, poniéndola al día con un deslumbrante barniz de romanticismo populista para el gran público del siglo XIX, debe ser vista como lo que es, o fue, y disfrutada en su contexto. Ya no existen donjuanes a lo Zorrilla, por fortuna hasta para ellos mismos, porque son, efectivamente, ridículos. Y eso es lo que hace aún más interesante comprobar, en el teatro o fuera de él, cómo esos personajes eran vistos en el pasado. Ésa es, creo, la única forma de encarar con criterio lúcido los cambios necesarios del presente: desde un punto de vista culto, conocedor del asunto, y no desde clichés fáciles y lugares comunes que apenas disimulan la ignorancia y la indigencia intelectual de quienes tras ellos se escudan. Pretender que se proscriba el Tenorio por machista es como pedir que, por el mismo motivo, se proscriban el tango, la copla, el corrido o el bolero. Por las mismas imbéciles razones habría que desterrar de la vida, la educación y la cultura, entre otras muchas cosas, gran parte del teatro y la poesía españoles del Siglo de Oro, los dramas románticos o el teatro y las novelas de Jardiel Poncela. Por ejemplo. Y tampoco el Quijote se libraría del expurgo. Ni, por supuesto, la poesía extraordinaria, crisol fascinante de la lengua española, de aquel despiadado y genial misógino que fue don Francisco de Quevedo.
Recomiendan las antedichas radicalfeminatas, con esa deslumbrante facilidad para la simpleza sin complejos que a algunas de ellas adorna, que el Tenorio -«Pesadilla recurrente», lo llaman- no se vuelva a representar en jamás de los jamases. «El personaje es machista hasta el ridículo», afirma por escrito una de ellas, añadiendo -con cierta dislexia sintáctica, dicho sea de paso-: «Es el prototipo de aquello que buena parte de la ciudadanía queremos erradicar: la actitud chulesca, el desprecio a las mujeres, la exaltación de algo a lo que llaman amor hasta la muerte... Forma parte de una tradición que habría que desterrar de una vez por todas».
Uno, modestamente, conoce un poco el Tenorio. Desde niño. Entre otras cosas, porque mi abuela materna -a la que ninguna feminista de hoy podría dar clases de lucidez, cultura e independencia personal e intelectual- me lo recitaba a menudo, pues lo sabía de memoria, como casi toda la gente educada de su generación. Después, que yo recuerde, lo he visto innumerables veces, tanto en el añorado Estudio 1 de la tele como a lo vivo en teatros, representado por Armando Calvo, Fernando Guillén, Sancho Gracia, Juan Diego y otros -todos, en realidad- grandes actores de cada momento, con mujeres extraordinarias como Gemma Cuervo, Emma Cohen o Concha Velasco dándoles la replica en el papel de doña Inés. Quiero decir con esto que llevo cincuenta años de mi vida oyendo decir «Cuán gritan esos malditos», y algo me suena su materia: la ironía, la vanidad, la vileza, el orgullo, la culpa, el castigo, la redención, el honor ridículo y trasnochado. También, claro, los estereotipados personajes, la imperfección del verso, los ripios infames, lo antipático del protagonista y sus amigos. Esa clase de cosas. Y sobre todo, la certeza absoluta de que en esa obra teatral a menudo torpe, tópica de sí misma, late también algo genial que la hizo famosa y que todavía hoy le permite, ante cualquier clase de público, subyugar y divertir como pocas. La inmensa intuición dramática de Zorrilla, el instinto narrativo que circula bajo la piel de cada torpe y facilón verso del Tenorio, lo convirtieron en la obra de teatro más conocida y representada en la historia del teatro español. Un clásico indiscutible, incluso a pesar suyo. Historia inmortal de la escena dramática.
No hay nada más estúpido que mirar el pasado sólo con los exclusivos ojos del presente. Don Juan Tenorio, que recogió eficazmente una tradición literaria clásica, poniéndola al día con un deslumbrante barniz de romanticismo populista para el gran público del siglo XIX, debe ser vista como lo que es, o fue, y disfrutada en su contexto. Ya no existen donjuanes a lo Zorrilla, por fortuna hasta para ellos mismos, porque son, efectivamente, ridículos. Y eso es lo que hace aún más interesante comprobar, en el teatro o fuera de él, cómo esos personajes eran vistos en el pasado. Ésa es, creo, la única forma de encarar con criterio lúcido los cambios necesarios del presente: desde un punto de vista culto, conocedor del asunto, y no desde clichés fáciles y lugares comunes que apenas disimulan la ignorancia y la indigencia intelectual de quienes tras ellos se escudan. Pretender que se proscriba el Tenorio por machista es como pedir que, por el mismo motivo, se proscriban el tango, la copla, el corrido o el bolero. Por las mismas imbéciles razones habría que desterrar de la vida, la educación y la cultura, entre otras muchas cosas, gran parte del teatro y la poesía españoles del Siglo de Oro, los dramas románticos o el teatro y las novelas de Jardiel Poncela. Por ejemplo. Y tampoco el Quijote se libraría del expurgo. Ni, por supuesto, la poesía extraordinaria, crisol fascinante de la lengua española, de aquel despiadado y genial misógino que fue don Francisco de Quevedo.
domingo, 24 de noviembre de 2013
EMAKUNDE; NO CON CON MIS IMPUESTOS
Soy un ingenuo. Pensaba que a
estas alturas nadie que defienda la igualdad de derechos de hombres y
mujeres se iba a oponer a que padres y madres se hagan cargo de la
custodia de sus hijos e hijas. En pleno estudio de una propuesta
legislativa sobre el asunto, irrumpe Emakunde en el debate para advertir
que "la custodia compartida puede ser negativa para los menores".
Es curioso, porque leo los argumentos que expuso la directora
de Emakunde el siete de octubre en el X Foro para la Igualdad de Mujeres
y hombres y resulta que estoy plenamente de acuerdo con los objetivos
que persigue pero extraigo unas conclusiones diametralmente opuestas
sobre su posición respecto a la custodia compartida.
Sostiene Izaskun Landaida que "más que un cambio legislativo
profundo lo que se necesita es un cambio social a favor de la
corresponsabilidad y la igualdad". No me parece que una cosa excluya la
otra. Si la excusa para no cambiar la ley es que la realidad social
sigue siendo la desigualdad, no se justifica ni la ley que crea Emakunde
ni la propia Ley de Igualdad. Oponerse a un cambio legislativo bajo el
supuesto de que aún la sociedad no ha avanzado lo suficiente y aguardar a
que ese cambio se produzca para actualizar la ley es un dislate. Sin ir
más lejos, la percepción social sobre el aborto cambió cuando se
reformó la ley. No al revés. ¡Y qué decir, por ejemplo, de las leyes que
han ido aboliendo la discriminación racial!
Hablemos, ahí estamos de acuerdo, de los menores. Dice
Emakunde que "esa custodia compartida como opción preferente puede ser
negativa para ellos". ¿Acaso no lo puede ser, y lo es, la custodia
monoparental preferente que rige ahora? Tratando de matizar, Landaida
añade que "no existe un modelo de custodia ideal" y remata que "para que
la custodia compartida sea adecuada es necesaria la corresponsabilidad
previa y pactada a futuro". Es decir, defiende el derecho de veto de uno
de los progenitores cuando sólo admite esta forma de custodia en el
caso de pacto previo.
Emakunde ha terminado de enseñar que defiende los intereses del feminismo por encima de la igualdad
¿Pero qué está pasando en los juzgados? ¿Qué fórmula está
defendiendo de hecho Emakunde? Aquella que de manera abrumadoramente
mayoritaria (casi en una proporción de 10 a 1) concede de manera
automática la custodia de los menores a la madre y obliga al padre,
aunque haya sido corresponsable previamente del cuidado y educación de
sus hijos e hijas, a pleitear mientras se mantiene la situación injusta
de partida. Pleitear por una custodia supone para esos menores a una
presión que, esa sí, es negativa para ellos. Deben ser sometidos a
exámenes de psicólogos y salvo en edades muy tempranas son conscientes
de que constituyen "un problema" añadido al estrés por la separación de
las personas que les han dado hasta la fecha su cariño de forma
conjunta.
Pero ese recorrido judicial lo despacha Emakunde diciendo que
"en la práctica la custodia compartida ya se está asignando por parte de
jueces y juezas aun en los casos de no acuerdo cuando se considera que
es la mejor opción". Una media verdad es peor que una mentira, porque
esconde la realidad. Ya que tanta atención presta a las estadísticas,
emplazo a que haga públicas las que sostienen esa afirmación. Según los
datos, en Euskadi se conceden un 11,7% de custodias compartidas ¿cuántas
corresponden al supuesto al que se refiere Emakunde y que le sirve para
defender su oposición al cambio de la ley?
Más. ¡Claro que debe analizarse caso por caso! Y Emakunde sabe
que la propuesta de ley que se estudia lo contempla. Sin embargo, se
apunta a la ficción sensacionalista: "la custodia compartida preferente
no aporta suficientes garantías para los casos en el que se pueda estar
viviendo un episodio de violencia de género". No hay nada que avale esta
irresponsable advertencia que busca crear una innecesaria alarma
social. Aquí no se da puntada sin hilo.
Frente a ese 11,7%, y como prueba irrefutable de que los
hombres (los padres, matizo) no merecen más igualdad en este campo,
Emakunde destaca que "se están concediendo custodias compartidas en una
proporción similar e incluso superior a la de la implicación previa de
los hombres en el cuidado" porque "sólo son el 7% entre quienes reducen
la jornada para el cuidado de hijos e hijas y un 5% quienes se acogen a
la excedencia para el cuidado de menores". De verdad, me produce sonrojo
que una institución maneje la estadística con esa frivolidad. Más o
menos es el mismo disparate que deducir que las mujeres (así, en
general) son más vagas que los hombres porque la tasa de población
activa es del 64,1 % en ellos y del 50,8% en ellas (Eustat).
En el fondo, lo que se deduce de esta actitud beligerante es
que Emakunde ha terminado de enseñar lo que ya venía asomando hace
tiempo: que defiende los intereses del feminismo (no tanto el de las
mujeres) por encima del de la igualdad. Incluso, en contra de la
igualdad si es necesario. Y si va a seguir así, debería buscar otras
fuentes de financiación distintas a las públicas para continuar por esa
vía. No con mis impuestos.
lunes, 18 de noviembre de 2013
LA IZDA ABERTZA LE Y LA CUSTODIA COMPARTIDA
militante de la ia y portavoz de ezkerretik
"En la custodia compartida, la izquierda abertzale sigue parapetada en los setenta"
Militan en la izquierda aber-tzale, pero
dicen sentirse muy dolidos por el "ninguneo" al que les somete Sortu. El
motivo, su defensa del proyecto de ley de corresponsabilidad parental,
que se tramita en el Parlamento, y que ha abierto una brecha en el seno
de esta sensibilidad política
Donostia. Defienden una
custodia compartida para aquellos progenitores que se hayan
responsabilizado del cuidado y de la educación del menor, pero su
mensaje se ha "malinterpretado". Se sienten víctimas de una campaña de
desprestigio por parte de Sortu, y lamentan muchos silencios cómplices.
"Tenemos el conocimiento y el convencimiento de que nos apoyan personas
que ocupan ahora cargos públicos, lo que no sabemos es por qué están
callados", denuncia Maolo Rodríguez, portavoz del colectivo Ezkerretik.
¿Se sienten ignorados por la linea oficial de la izquierda abertzale?
Más que ignorados, dolidos. El proceder de la izquierda
abertzale se sigue basando en esquemas del pasado. Hemos iniciado una
etapa nueva, pero en la práctica seguimos anclados en viejos esquemas.
Cuando hablo de la izquierda abertzale me refiero a Sortu, porque otras
formaciones se han mostrado más abiertas. Allí donde estaba ANV
recibimos el apoyo a la Iniciativa Legislativa Popular de Kidetza. Lo
que no sabemos es qué cambio se ha operado ahora con Sortu.
¿A qué se refiere cuando habla de viejos esquemas?
A que las decisiones se toman de arriba abajo y no al revés.
Eso de la democracia participativa y horizontal no lo estamos viendo, en
nuestro caso ni existe ni ha existido. Es decir, se ha organizado un
especie de debate en diferentes municipios que para nosotros ha sido
surrealista.
¿Por qué?
Porque no se entiende que organices un debate pero a su vez
estés condicionando a la gente, haciendo una lectura negativa de lo que
precisamente se va a debatir. ¿Qué sentido tiene hacerlo cuando tú ya te
estás posicionando y condicionando con ello la opinión de quienes van a
debatir?
¿En qué términos se ha planteado ese debate?
La dirección de la izquierda aber-tzale ha hecho una lectura
muy negativa de la propuesta de proyecto de ley de corresponsabilidad
parental que presentamos desde Kidetza, la Federación Vasca de Padres y
Madres Separados.
Explique qué ha ocurrido en ese proceso.
Se han organizado asambleas informativas y a la militancia que
ha asistido a ellas, por cierto, de manera muy poco participativa, se
les ha traslado varias ideas falsas. Se está diciendo que defendemos la
custodia impuesta y sistemática, la desaparición de las pensiones
alimenticias y la liquidación automática de bienes. También dicen que
defendemos otorgar la custodia a cualquier condenado por violencia de
género.
Y todo ello no es cierto…
Por supuesto que no. En base a esos argumentos es muy fácil
ganarse a la gente. Es una lectura que hace la izquierda abertzale de la
propuesta de Kidetza, pero que nada tiene que ver con lo que
defendemos.
¿Y ustedes qué defienden?
Nos ajustamos a los criterios del Tribunal Supremo, es decir,
que exista una vinculación afectiva anterior, que los padres y madres se
hayan preocupado de los menores sin desatenderlos, cubriendo sus
necesidades. Nosotros planteamos una custodia compartida que se escapa
del esquema tradicional, es decir, que la custodia compartida sea el
proceder habitual. Repito, siempre en beneficio del menor, nunca
obligada ni automática. Defendemos que cada progenitor presente un plan
de cooparentabilidad tras el divorcio o la separación para que desde un
principio quede claro qué tiempo va a disfrutar el menor con cada
progenitor y en qué vivienda va a residir.
¿Y la izquierda abertzale qué dice de todo ello?
La linea oficial está callada, y la que manda es Bilgune
feminista. No sabemos la cota de poder que pueden tener dentro de la
estructura jerárquica de la izquierda abertzale, pero nos estamos dando
cuenta de que tienen hilos que llegan a manejar la decisión de la
izquierda abertzale. No estamos hablando de EH Bildu, me refiero a la
izquierda abertzale, y con ello a Sortu.
¿Tanto poder tiene Bilgune feminista como para condicionar el debate?
Eso mismo nos planteamos nosotros. ¿Quiénes son? ¿Qué
representación tienen? Me refiero tanto a nivel de la izquierda
abertzale como respecto a la representación de la sociedad vasca. Nos
echan en cara que somos tan solo entre un 8% y un 10% los padres que
solicitamos la custodia compartida, ¿pero desde cuándo se pueden mezclar
los derechos de la gente con los porcentajes?
¿Y por qué calla la línea oficial?
Tenemos el conocimiento y el convencimiento de que nos apoyan
personas que ocupan ahora cargos públicos en las Juntas Generales de
Gipuzkoa y Bizkaia, en la Diputación de Gipuzkoa, en el Ayuntamiento de
Donostia y en el propio grupo parlamentario de EH-Bildu. Lo que no
sabemos es por qué están callados. Defender el proyecto de ley de
custodia compartida no tiene porqué hacerte renunciar ni a la ideología
ni a las siglas que defiende cada uno. Estoy hablando de personalidades
importantes con nombre y apellido dentro de la política.
¿Por ejemplo?
No, no voy a dar nombres, porque si lo hiciera sé que al día
siguiente emitirían un comunicado desmintiendo que nos hayan dado su
apoyo. Igual tendríamos que recordar al sindicato LAB, a Bilgune
feminista y a la izquierda abertzale en su conjunto quiénes aparecen en
la recogida de firmas de la campaña que iniciamos a favor de la custodia
compartida. En las 75.000 rúbricas aparecen quiénes son. Además de
firmar, nos trasladaron personalmente su apoyo. Nuestra pregunta es por
qué no tienen la valentía de decir a la izquierda abertzale que están
confundidos, que van a hacer el ridículo una vez más. En todo caso, hay
que recordar que la izquierda abertzale no es solo Sortu.
¿Qué quiere decir?
Que en las asambleas que organizan va salir siempre que no
apoyan el proyecto de ley. Han tomado parte en unas asambleas
condicionadas por un mensaje tergiversado y manipulado. Pero si
extrapolamos la participación en esas asambleas, ¿podemos concluir que
es un reflejo fiel de la fuerza que existe en el Parlamento? ¿Acaso no
tienen voz dentro de la izquierda abertzale aquellos militantes que no
son de Sortu?
¿Y dónde quedan los menores en este divorcio político?
Lo más importante son nuestros hijos e hijas, eso es cierto,
pero tal y como están las cosas, persiste la bronca política, y el
ninguneo. Voy a poner un ejemplo. Desde que comenzamos con el proyecto
de ley, siempre hemos tenido un interlocutor de los diferentes partidos
en el Parlamento Vasco. Del PP, Laura Garrido y Nerea Llanos; del PSE,
Miren Gallastegui que, a pesar de haber estado en contra de nuestra
postura, siempre ha mantenido un vínculo con nosotros. De UPD, Gorka
Maneiro, y Amaia Arregi del PNV.
¿Y sus compañeros de partido?
A la izquierda abertzale le hemos llamado en un sinfín de
ocasiones, y nunca nos han puesto un interlocutor. Es más, la izquierda
aber-tzale todavía no nos ha dicho a día de hoy, después de cinco
reuniones, cuáles son los puntos en los que están en desacuerdo y cuáles
son las propuestas. Me parece legítimo que estén en contra del
planteamiento de ley que hacemos, pero que argumenten su postura. Además
pueden mejorar la propuesta, que para eso se han hecho cinco reuniones.
Lo que no es de recibo es convertir la mentira en tu argumento de
defensa.
¿Con qué objetivo han creado el colectivo Ezkerretik?
Nos hicimos socios de Kidetza, pero esta federación es un
abanico amplio de ideología. Así, nos fuimos juntando gente con una
afinidad política clara, personas que militamos o proveníamos de la
izquierda abertzale. Estos primeros compases se dieron cuando todavía
existía el apartheid político, y ya posteriormente entramos al
Parlamento en la legislatura de Patxi López. A partir de ahí, como
miembros de Kidetza, nos dimos cuenta de que había que contar con la
izquierda abertzale puesto que es la segunda fuerza parlamentaria.
Empezamos a organizarnos. Por el momento somos medio centenar de
personas, y nuestro contacto es ezkerretikzaintzapartekatua@gmail.com.
Insisto, ¿con qué objetivos?
Queremos hacer llegar que la izquierda abertzale no está
sabiendo gestionar algunos modelos de política social. Pensamos que la
izquierda abertzale en algunos aspectos se tiene que reinventar y dejar
la reivindicaciones obsoletas y caducas de la década de los setenta. La
sociedad ha evolucionado, y lo que no entendemos es por qué siguen
parapetados en esquemas de los años 70.
¿Hay muchos padres que lo están pasando mal?
Claro, conocemos muchos casos, pero se convierten en eco
mediático de un día. La situación sigue siendo la misma cuando el caso
desaparece de los medios. Cada día hay más gente afectada. Se ven
obligados a salir de casa, y es complicado encontrar una vivienda digna
para disfrutar del menor, tal y como establece la ley.
¿Hay quien lleva mucho tiempo sin ver a sus hijos?
Tenemos un socio que ha visto cómo su expareja se lleva al
menor de siete años a Alemania, y tan solo le va a poder ver quince días
en Navidades y un par de veces más durante el año. Lo normal suele ser
verlos el fin de semana, 26 días con la madre y cuatro con el padre. Eso
no es el tipo de relación más beneficiosa para el menor.
domingo, 17 de noviembre de 2013
DIA 20 DE NOVIEMBRE.DIA DE LOS DERECHOS DEL NIÑO/A
20 N, Día Internacional
de los Derechos de la Infancia
Este próximo miércoles, el “20 N” –
¡Será casualidad!- se conmemorará el “Día Internacional de los Derechos del
Niño”, también de la niña, además del aniversario de la muerte del anarquista
Buenaventura Durruti, de José Antonio Primo de Rivera, del General Franco, y de
muchos más personas “anónimas”…
Inmersos
como estamos en múltiples vorágines (Vorágine: Remolino impetuoso, aglomeración
o encadenamiento de personas, sucesos o cosas que se amontonan confusamente…) A
pesar de la “vorágine de la excarcelación masiva de etarras debido a la
suspensión de la denominada doctrina Parot”, a pesar de la “vorágine de las acometidas del separatismo
catalán”, a pesar de la “vorágine de la maldita crisis”, a pesar de los
pesares, seremos muchos -padres, madres
separados no custodios, abuelos, abuelas, familias extensas de padres y madres
divorciados…- quienes sigamos procurando que no pase desapercibido que ser
padre y madre representan una enorme responsabilidad; y seremos muchos los que
no olvidaremos que nuestros hijos al venir a este mundo han adquirido una serie
de derechos respecto de nosotros, sus progenitores.
Puesto que
sería enormemente
extenso exponer de forma minuciosa el contenido de cada uno de estos
“derechos”, dado el poco espacio disponible, y para no cansar a mis “lectores”, voy a
centrarme en lo que se refiere a poseer unos padres suficientemente adultos que
sean capaces de conducirlos hasta la edad adulta: No podemos olvidar que cuando
un niño nace es un ser frágil, vulnerable; lo será durante toda su infancia,
también durante la adolescencia, es decir aproximadamente una veintena de años.
Entonces, cuando haya conseguido la madurez suficiente, cuando esté en
condiciones de ser autónomo y adulto, podrá abandonar “el nido familiar”.
Mientras tanto, los hijos tienen
derecho a esperar de sus padres todo lo que necesiten para ocupar su lugar en
la Sociedad. Necesitan que se les eduque para que “sean ellos mismos”, sean
capaces de tomar las riendas de su vida (tomar decisiones y hacerse responsable
de los resultados de sus actos) y comprometerse en la Sociedad.
También necesitan ser educados para
“saber vivir en grupo”, en sociedad, y sentirse a gusto en ella. Y como no,
“conocer saberes” que les permitan sentirse integrados socialmente.
Como consecuencia lógica, la Sociedad
y los Gobiernos, tienen una serie de obligaciones con los padres. La primera
obligación debería ser ayudar a las personas a ser “padres competentes”, aptos
para proporcionarle a la Sociedad mujeres y hombres verdaderamente adultos,
afectivamente maduros y sólidos.
Nuestra Sociedad está realizando
enormes progresos en multitud de ámbitos como la biología, la genética, los
medios de comunicación, la informática, la investigación científica… Pero a la
vez nuestra Sociedad cada día que pasa, está más afectada por la droga, el
alcoholismo, los embarazos precoces, el aborto, el suicidio, la violencia, las
diversas formas de delincuencia, la marginación social, etc.
Si hurgamos un poco, hasta llegar al
origen de todos esos males, acabaremos topándonos con dos cuestiones
esenciales: la familia y la educación.
Y ¿qué se hace al respecto por parte
de los poderes públicos?
Cada día es más necesario facilitarles
a los padres, procurarles, y sobre todo
a los más jóvenes, una formación de base que les permita acompañar a sus hijos
hasta la adultez. Cada día se hace más necesario prestar ayuda pública a quienes
desean fundar un hogar y tener hijos, para que lo hagan en las mejores
condiciones posibles.
Porque, no se olvide que, a ser padres se
aprende, no es suficiente con lo que hemos recibido de nuestros progenitores.
Los poderes públicos tienen la
responsabilidad de ir preparando el porvenir con la anticipación suficiente, no
pueden seguir desentendiéndose como hasta ahora, desinteresándose de la familia
que es la célula básica de la Sociedad. Es de extrema urgencia proporcionarles
una adecuada formación a los padres para que sean educadores competentes.
Y, ¿qué decir de las rupturas
matrimoniales y del divorcio?
Los niños y niñas tienen derecho a un
“hogar completo” en la manera de lo posible, un lugar de amor y de estabilidad.
Y si carecen de él acabarán viéndose seriamente afectados en el desarrollo de
su personalidad.
Actualmente se vive una gran inquietud ante el
aumento de las rupturas de pareja (en los últimos años, según las estadísticas
oficiales, ha habido alrededor de 150.000 separaciones anuales) pero pese a
ello los poderes públicos, por desgracia pocas medidas están tomando para poner
freno al verdadero desastre que todo ello supone para los hijos.
La
Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño (a la cual está adherida el
Reino de España) obliga a los Estados partes a que velen por que los hijos no
sean separados de sus padres contra la voluntad de éstos… También obliga a los
Estados firmantes -como es el caso de España- a respetar el derecho de los niños
que estén separados de uno o de ambos progenitores a mantener relaciones
personales y contacto directo con ambos padres de modo regular, salvo si ello
es contrario al interés superior de los menores –el tantas veces cacareado
“favor filii”-.
En
la misma dirección, la Convención sobre los Derechos del Niño obliga a los
Estados parte a poner el máximo empeño en garantizar el reconocimiento del
principio de que ambos padres tienen obligaciones comunes en lo que respecta a
la crianza y el desarrollo del niño. Incumbe a los padres o, en su caso, a los
representantes legales la responsabilidad primordial de la crianza y el
desarrollo del niño. Su preocupación fundamental será el interés superior del
niño.
A los efectos de garantizar y promover
los derechos enunciados en la Convención que venimos mencionando, los Estados
partes están obligados a prestar la asistencia apropiada a los padres y a los
representantes legales para el desempeño de sus funciones en lo que respecta a
la crianza del niño y velarán por la creación de instituciones, instalaciones y
servicios para el cuidado de los niños.
Actualmente,
la práctica habitual de los Juzgados españoles, de conceder custodias
exclusivas, monoparentales (generalmente a las madres) está ocasionando serios
perjuicios a los niños, se les está separando contra toda lógica de sus padres,
se les está condenando de forma estúpida y cruel a situaciones de orfandad que
a nadie beneficia.
Según parece, al entender de los
jueces y fiscales, hay que ser especialmente precavido a la hora de permitir un
régimen de Guarda y Custodia Compartidas, no sea que se perjudique a los
menores. Este prejuicio implica, claro está, que la Custodia Compartida (según
los que propagan esta falacia) teóricamente puede perjudicar a los hijos, y por
supuesto hay que consentirla de manera excepcional… y además, los que la piden
(se supone que quienes la piden son solamente varones) es seguro que tienen
objetivos “extraños” que por supuesto nada tienen que ver con el “interés
superior del menor”.
Permítaseme preguntar: ¿Hasta cuándo
va a seguir practicando en los Juzgados de Familia la discriminación por razón
de sexo? ¿Hasta cuándo va a seguir la perversa inercia de “lo mejor es que se
quede con la madre”?
¿Por qué no se toman las mismas precauciones
cuando se trata de una custodia exclusiva –y excluyente- monoparental, y
materna, como sucede en la mayoría de los casos?
El
primer y más elemental-fundamental derecho de un niño, no lo olvidemos (aparte
del derecho a la vida) es el de tener un padre y una madre. Y la custodia monoparental exclusiva
condena a los hijos a una orfandad cruel y estúpida, además de innecesaria.
Tal vez sea necesario, por enésima
vez, explicar qué es la Custodia Compartida:
No es otra cosa que el que después de
la ruptura de pareja, los progenitores sigan siendo socios en aquello de educar
y criar a sus hijos, a pesar de no vivir juntos. ¿Esto es peligroso para los
hijos? (El Tribunal Supremo ha dictaminado no hace muchas fechas que la
Custodia Compartida es “lo más natural… y que habría que generalizar su
aplicación para favorecer el interés superior de los menores”)
La custodia monoparental exclusiva
fomenta que los niños, que se ven privados de la figura paterna o materna, por
el desequilibrio que en ellos suscita sean más proclives al fracaso escolar, al
coqueteo con el mundo de la droga, a la delincuencia juvenil, a abandonar el
hogar, al suicidio… Se está conculcando de este modo el derecho del menor al
cuidado y a la educación de ambos progenitores (y por supuesto se está impidiendo
un reparto equilibrado de derechos y deberes de cada uno de ellos, madre y
padre).
Como decía, dentro de unos se
celebrará el “Día Internacional de los Derechos del Niño”, y los mismos voceros
y aduladores, que niegan el maltrato cruel al que algunos padres y madres
someten a sus hijos cuando se divorcian –con la inestimable colaboración de
jueces, fiscales, abogados, psicólogos…- se acordarán de la situación de
abandono, desamparo, y diversas formas de maltrato que sufren los menores de
otros lugares del mundo, porque según ellos “aquí no pasa nada, vivimos en el
mejor de los mundos posibles, en el país de la igualdad…”.
Se olvidarán –también un año más- de
que el principal derecho de los niños, además del derecho a la vida, es el
derecho a tener padre y madre; se olvidarán de que la única opción tras el
divorcio –para que los menores sigan conservando a papá y mamá- es la Custodia
Compartida , se olvidarán una vez más, de que la Alienación Parental -que
existe pese que a algunas “asociaciones de mujeres” y el CGPJ lo nieguen- se
puede evitar con la Custodia Compartida , mediante la cual los menores pueden
convivir y tener contacto frecuente con ambos progenitores, evitando o haciendo
más difícil que los hijos puedan ser manipulados.
No puedo acabar sin recordar que un
estudio del Departament of Health and Human Services, Administration for
Children and Familie, National Center on child Abuse and Neglect, realizado en
los EEUU el año 1996, concluyó que la ausencia o la falta de contacto frecuente
con el padre pueden ocasionar en los niños graves trastornos tales como:
- 5 veces más propensión al suicidio.
- 32 veces más propensión a irse de
casa.
- 20 veces más propensión a tener
desórdenes de conducta.
-14 veces más propensión a cometer
actos de precocidad y abuso sexual.
- 9 veces más propensión a abandonar
los estudios.
- 10 veces más propensos a abusar de
sustancias químicas y drogas.
- 20 veces más propensos a acabar en
prisión.
Es especialmente urgente poner la
legislación española al día, es imprescindible reformar el derecho de familia,
como se está haciendo ya en los países de nuestro entorno cultural (Francia,
Suecia, Canadá, EEUU…) Para que los hijos de padres divorciados sigan viviendo
en concordia, tolerancia y puedan seguir creciendo con alegría a pesar de que
sus progenitores vivan separados. El único modelo es la custodia compartida, un
modelo “solidario” entre ex esposos, que aún deben seguir siendo “socios
parentales”. Y de paso, también, los niños aprenderán a compartir, a resolver
los problemas mediante el mutuo acuerdo, de manera no violenta, a respetarse
entre sexos diferentes, a ser solidarios. Merece la pena.
Está en juego, nada menos, que el
porvenir de nuestra Sociedad… Esperemos que cuando se aborde en fechas próximas
la reforma de la Ley de Divorcio, en la Comisión de Justicia del Congreso de
los Diputados, nuestros “padres de la Patria” no lo olviden…
Carlos Aurelio Caldito Aunión.
Badajoz, Taifa del Suroeste, junto a
“la raya”.
domingo, 10 de noviembre de 2013
LOS NIÑOS SON DE LOS DOS
09/11/2013 - Sergio Rodríguez / El Progreso (Lugo)
El modelo de familia en la actualidad es «totalmente diferente al de hace treinta años, pero las soluciones a las separaciones y divorcios siguen siendo las mismas». Son palabras de Lois Toirán Vázquez, portavoz de la Asociación Galega de Pais e Nais Separados, que valora el proyecto de la nueva ley de custodia compartida que el Gobierno ha presentado en las Cortes para su tramitación parlamentaria como «un avance y un obligado cambio de rumbo».
La norma presentada por el Ministerio de Justicia busca terminar con la disgregación de normas autonómicas, fijando una única ley aplicable en todo el territorio nacional, y en la que la custodia compartida dejará de ser excepcional. De este modo, la nueva normativa establecerá como norma general, y siempre que se garantice el bienestar del menor, la aplicación de la custodia compartida, en la que ambos progenitores ejercen el amparo legal de sus hijos menores de edad en igualdad de condiciones y de derechos sobre los mismos.
DECISIÓN DEL JUEZ
En la actualidad, la custodia compartida es algo excepcional, siendo lo habitual que el juez conceda la custodia monoparental, generalmente a favor de la madre, y solo otorgando la primera en dos supuestos: si es demandada por ambos cónyuges de mutuo acuerdo o si lo hace una de las partes y existe un informe favorable por parte del fiscal.
La nueva ley establecerá que el juez disponga de capacidad para decidir en cada caso, con independencia de si la custodia compartida la han pedido los dos cónyuges o solo uno de ellos con informe del fiscal, que pasará a ser preceptivo pero no vinculante. El juez tendrá, por tanto, capacidad para decidir en cada caso qué es lo que más beneficia al menor.
Desde la asociación autonómica de padres y madres separados se ocupan de asesorar a los recién separados, y de compartir experiencias «en busca de vías de trabajo alternativas que proporcionen esperanza ante una realidad que es necesario cambiar y que no tiene en cuenta las necesidades de los niños», añade Toirán.
El portavoz de la asociación recalca que se trata de unos casos «muy personales» y que es importante no olvidar que cada uno de ellos es «diferente y específico». Por ello considera que la custodia compartida no tiene por qué ser necesariamente la mejor alternativa en todos los procesos, aunque sí deba ser «preferente y un punto de partida». Tras la ruptura de una pareja «se comete -dice- un terrible error haciendo que ello conlleve la separación de los hijos de uno de los cónyuges, normalmente del padre pero también en algunos casos la madre».
VISITANTE OCASIONAL
Un padre lucense, que prefiere permanecer en el anonimato, «después de muchos meses de litigio», se justifica, disfruta en la actualidad, y de manera provisional, de una custodia compartida gracias a la cual ha dejado de ser «un visitante ocasional» en la relación que mantiene con su hija, de solo cinco años. Desde su punto de vista, carece de sentido «entregar una pensión alimenticia para que la madre pueda pagar a una cuidadora para nuestra hija, teniendo yo disponibilidad, capacidades y habilidades más que suficientes para educar a la niña».
Según este padre, la custodia compartida, además de «crear equidad y justicia social, y de evitar la explotación y el dominio de los miembros de un sexo sobre los del otro, es la mejor forma de que los niños se adapten a la nueva situación, disminuyendo los traumas y los problemas en los hijos adolescentes». También incide en el importante cambio que ha sufrido la sociedad en los últimos años, incorporando a las mujeres al mercado laboral y a los hombres en el cuidado y la realización de tareas domésticas. «Cada vez más hombres quieren seguir ejerciendo su paternidad en el día a día de sus hijos, en articulación con sus exparejas y, también cada vez más, las mujeres quieren ser madres y trabajadoras, desenvolviéndose profesional y personalmente en una relación periódica con sus vástagos».
Por ello, este lucense valora de manera positiva la nueva ley en trámite que, considera, «resolverá un problema social que afecta a la vida de millones de personas». La anterior ley, añade, «daba por hecho que las madres, por llevar al niño nueve meses en el vientre y por ser mujeres, tenían y tienen, porque está aún en vigor en muchas comunidades autónomas de España, más derechos sociales y económicos a la hora de discutir la custodia de los hijos». Se muestra, así, a favor del nuevo texto porque «reconoce una equidad mayor entre sexos a la hora de responsabilizarse del cuidado y la educación de los hijos y porque los hombres dejan de ser considerados como ‘idiotas’, para condicionar el cambio social de cara a un respeto emancipador entre los dos sexos».
PAPÁ Y MAMÁ
La especialista en psicología clínica del gabinete Seiva, Violeta Miranda Montero, expone que cuando una pareja decide dar por finalizada su relación «debe explicarle a sus hijos con un lenguaje claro, sencillo y accesible que la decisión de separarse es solo de los padres, que nada tiene que ver con el niño, que papá y mamá ya no pueden vivir juntos pero que van a seguir siendo su padre y su madre y podrá disponer de ellos como siempre».
La especialista cree necesario que ambos progenitores tengan una participación activa en el desarrollo y educación de sus hijos, como sucedía hasta el momento de la separación. «Es difícil que sea así cuando la custodia es monoparental, haciendo que el no custodio se convierta en un visitador de algunos días al mes», dice.
En un sistema de custodia compartida «los hijos sienten que no han perdido a ninguno de los dos padres, lo que beneficia su autoestima y seguridad, al observar los esfuerzos de ambos por estar cerca de ellos», afirma la psicóloga. «Además -continúa- fomenta una mejor comunidad paterno o materno filial, crea una mayor estabilidad emocional, los niños aprenden a resolver los problemas mediante acuerdos en vez de litigios y se reduce mucho el estrés del divorcio, que puede provocar efectos negativos sobre el desarrollo académico, social y emocional de muchos de ellos cuando la separación es conflictiva».
ALTERAR EL ENTORNO
Violeta Miranda observa algunos contras en la imposición del sistema de custodia compartida, de cara a la posible afectación que esta pueda provocar en los menores. Los mayores problemas, según la especialista, residen en que «se altere mucho el entorno al que está acostumbrado el niño, o que ambos progenitores tengan criterios a la hora de educar a sus hijos muy dispares», aunque aclara que este problema «también se puede dar en las familias unidas». Por otro lado, señala que el daño más relevante en los niños con custodia monoparental, «es que su relación con uno de sus progenitores está rota».
Que los niños pasen con la custodia compartida a vivir en dos casas diferentes a tiempo parcial «no necesariamente tiene que provocar inestabilidad emocional en ninguna de las edades», estima la psicóloga. «La ansiedad que los menores pueden sufrir al comienzo de un proceso de separación tiende a desaparecer conforme vuelven a las rutinas de su vida, siendo capaces de ajustarse rápidamente a su nueva situación, volviendo a llenar su cabeza con las preocupaciones propias de su edad», dice.
La especialista cree que también para las madres la custodia compartida «es más rentable, al poder compartir responsabilidad con el padre respecto a los hijos y así disponer de mayor espacio profesional y personal, al tiempo que se reduce la oportunidad de confrontaciones, siendo más fluida la comunicación entre ambos».
LA MEDIACIÓN
La carencia de apoyo emocional para que los niños puedan afrontar la situación de cambio y la conflictividad «puede desembocar en problemas de conducta», según Miranda. «Algunas parejas -dice-, por el odio y la rabia que genera la ruptura, utilizan a sus hijos como armas arrojadizas, lo que puede ocasionar daños irreparables».
La situación de ruptura conflictiva «crea un entorno que supone un factor de riesgo para dar lugar a problemas psicológicos y/o de conducta en los hijos», por lo que un buen procedimiento, según la psicóloga, para evitar la conflictividad, es la mediación. Los objetivos de esta pasan, como explica, por enseñar a las partes a buscar soluciones para el futuro, apender a manejar problemas concretos, resolver disputas y renegociar las diferencias. Desjudicializa y facilita acuerdos entre las partes, por lo que, concluye Miranda, «es un buen recurso para la corresponsabilidad, al hacer a las dos partes responsables de buscar solución a los problemas y que se sientan seguros de que lo pueden hacer».
Expertos creen que la nueva ley hará que uno de los padres deje de ser un visitante ocasional para el menor
¿En que punto se encuentra la nueva ley de custodia compartida que prepara el Gobierno?
Está presentado por el Gobierno el proyecto de ley en las Cortes para su tramitación parlamentaria. Este proyecto viene a sumarse a las normativas autonómicas con derecho civil propio que van en el mismo sentido de normalización de la custodia compartida y que fueron aprobadas antes en Aragón, Cataluña, Navarra y Valencia, así como a la iniciativa legislativa popular que está tramitándose actualmente en el Parlamento del País Vasco.
¿Cuáles son los cambios más significativos que aporta?
Incorpora nuevos criterios de la jurisprudencia más reciente del Tribunal Supremo, que dice literalmente que «la custodia compartida tiene que ser la norma general, siempre que no sea perjudicial para el menor».
¿Considera la futura ley mejorable en algún aspecto?
Teniendo siempre presente que el principal interés a proteger en los procesos familiares es el de los menores a los que afecte, podría mejorarse en los siguientes puntos: que en las situaciones de custodia compartida los tiempos sean igualitarios o, en su defecto, lo más igualitarios posible; que en la custodia monoparental el régimen de convivencia sea lo más amplio posible; o la potenciación de la mediación familiar.
¿Es plausible que resida la decisión de aplicar la custodia compartida en el juez, incluso en el caso de que ninguno de los cónyuges lo reclamase?
Sí, y debe ser posible porque el principal interés a proteger en los procesos familiares es el de los menores.
¿Hasta qué punto contará a partir de su aplicación la opinión de los niños?
Más de lo que lo hace hasta ahora, porque deberán tener más posibilidades de que se aprueben planes de coparentalidad adaptados a los deseos mayoritarios de los menores de seguir contando para sus cuidados, su educación y su desenvolvimiento afectivo con ambos progenitores.
¿Debe llevar a cabo el Gobierno otras medidas que complementen a la nueva normativa?
La ley por sí misma ya es un avance respecto a lo que existe actualmente pero, además de cambiar la ley, el Gobierno tendrá que dotar a los juzgados de Galicia de los recursos precisos, como juzgados de familia -existen en lugares como A Coruña, Santiago, Vigo y Ourense, pero no en otros como Lugo-, fiscales especializados y equipos de mediación intrajudicial, para la normalización de la custodia compartida.
jueves, 7 de noviembre de 2013
LA IZDA VASCA Y LA CUSTODIA COMPARTIDA
LA IZDA VASCA Y LA CUSTODIA COMPARTIDA
En 2003 la socialista Segolane
Royal con el doble objetivo de defender el derecho del/la menor a relacionarse
con su padre y madres después del divorcio y fomentar la corresponsabilidad e
igualdad parental promovería la ley francesa de corresponsabilidad parental en la que 3 son los ejes:la custodia
compartida alterna como norma,la obligatoriedad de ir a conocer lo que es la
mediación familiar y la liquidación del hogar conyugal en caso de desacuerdo.
Posteriormente en 2010,reconociendo
el fracaso de la ley Zapatero,el Gobierno socialista catalán de
Montilla,aprobaría tambien un código civil propio reconociendo la custodia
compartida como norma siempre que no fuera contraria al interés del/la
menor.Así mismo el Gobierno socialista aragonés,presidido por Marcelino
Iglesias en 2010 promulgaría la ley de custodia compartida como norma
preferente.
En 2011,a propuesta de Izquierda
Unida,el Parlamento Navarro debatiría una propuesta de ley de custodia
compartida como norma preferente.Propuesta que fue defendida por Nafarroa
Bai,que integraba a Aralar,Batzarre,EA y PNV.
En 2010 y 2011 se presentaron
mociones a favor de la custodia compartida como norma preferente en las Juntas
Generales,en los 3 Ayuntamientos más importantes y en el pleno del Parlamento
Vasco.
En todas las Instituciones en que
estaban representados votaron a favor EA,ARALAR,ALTERNATIBA y ANV.
El PSE votó a favor en unas
Instituciones,en otras se abstuvo y en el Parlamento Vasco votó en contra de la
custodia compartida como norma preferente y se abstuvo en la admisión a trámite
de la ley.
Después de las elecciones el
grupo Parlamentario EHBIDULDU manifestó que iba a votar en contra a esta
ley,pese a que el tema no se había debatido en las bases y la contradicción
ideológica que plantea a partidos como EA,ARALAR y ALTERNATIBA que hasta el
momento habían votado a favor de la custodia compartida preferente.
El grupo parlamentario PSE manifestó que su voto era contrario
simplemente porque la ley tal como está no necesita modificación.
La primera reflexión que nos
hacemos es cómo puede haber estas incoherencias ideológicas dentro de los
partidos,¿Los que ayer apoyaban hoy no lo hacen por intereses de
poder,subordinando los intereses de la sociedad a los suyos propios?.¿Cómo se
puede entender que un PSOE,partido de ámbito estatal,apoye la custodia
compartida en unas CCAA y en Euskadi no?¿Cómo es posible que una ley que para
la sociedad francesa de 2003 era progresista y basada en la igualdad no sea
válida para la sociedad vasca de 2013?La sociedad vasca ha ido avanzando en
igualdad y en la defensa de los derechos del la menor,quizá los que no han
evolucionado o han sufrido una involución son diferentes grupos políticos.¿Si
la custodia compartida era una bandera de la izda como puede ser que que ahora
sea la derecha quien la defienda y la izda quien esté en contra?
La respuesta objetiva es clara
EHBILDU ha subordinado sus principios ideológicos basados en la consulta
popular,desarrollo del autogobierno y equiparación legislativa de Euskalherria
a las posiciones de un grupo feminista minoritario y radical que,mezclando
churras con merinas,subordina los derechos del menor,a los de la mujer.Y el
PSE,a falta de un debate serio y participativo ,es un nido de grillos,donde en
unas CCAA se dicen una cosa,en otras otra.Situación que se ha repetido en las
Instituciones vascas.Todo ello dependiendo también del poder del lobby
feminista radical.
Lo más preocupante de todo es su
incapacidad para aceptar ni un solo punto o coma de nuestros planteamientos,sin
argumentos concretos que los contradigan.El dogmatismo por el dogmatismo.
Aún más,tal es el miedo al debate
interno y sus resultados,que algun partido ha remitido a sus asambleas un
documento de KIDETZA de 2007,que por supuesto nada dice de la custodia
compartida,otro ningún tipo de información salvo la opinión de algún
dirigente,en otros casos información tergiversada y manipulada del proyecto de
ley y de la opinión de la asociación,pero en todos los casos han enviado
información de grupos de abogados contrarios a la custodia compartida por
razones obvias,económicas,ya que si baja la contenciosidad bajan los ingresos
económicos. Las bases del PSOE no lo han debatido.
El planteamiento coincidente de
estos grupos políticos es coincidente en afirmar que no es necesaria una ley
vasca de custodia compartida pues la actual ley Zapatero ya la recoge,así como
una oposición frontal a la custodia compartida preferente por ser según ellos
impuesta.
La actual ley del del divorcio
reconoce la custodia compartida solo en caso de mutuo acuerdo,dandole el
carácter excepcional en situaciones contenciosas,es decir en el 42% de los
casos y posibilitando el derecho de veto de la mujer.Es por ello el bajo
porcentaje de custodias en el País Vasco(301 en 2012) frente a las 2793 de
Cataluña y 1296 en Valencia que si tienen ley autonómica.
Las estadísticas solo nos
muestran las concesiones de custodias compartidas pero no las peticiones,dato
que nos indicaría la urgente necesidad de modificar una ley pues la realidad de
las personas que se divorcian no es la misma que hace 31 años,cuando se aprobó
la actual ley del divorcio.
Ese carácter de excepcionalidad
ya fue denunciado por el Ararteko al Parlamento Vasco en su informe del
2010,proponiendo que se instara por su modificación reconociendo la custodia
compartida como norma,denuncia que fue ratificada por las 3 Juntas Generales
que instaron al Gobierno de Madrid a que modificara la custodia compartida como
norma preferente.El Fiscal General del País Vasco también se pronunciaría a
favor de esta figuraY recientemente tanto el Tribunal Supremo con dos
sentencias que han creado jurisprudencia,así como el Consejo General del Poder
Judicial y el Fiscal Superior del Estado han remitido sendos informes aconsejando
que la custodia compartida sea la norma salvo cuando no sea beneficiosa para el
menor.
Tambien es una demanda social
registrada en el País Vasco con más de 85000 firmas,lo que confiere a la
propuesta una representatividad de democracia directa que los partidos políticos
no debieran olvidar,máxime cuando ninguno ha llevado este tema en su programa.
Asi mismo es reseñable que una
encuenta realizada en Febrero de 2010 por la empresa DYM market research,el
88,7% de la sociedad vasca se inclinaba por la custodia compartida.
El pretender que la custodia
compartida solo se de en caso de mutuo acuerdo no solo es dejar sin posibilidad
de custodia compartida al 42% de los hijos,sino mantener la posibilidad de veto
y chantaje de una de las partes,así como favorecer la manipulación de los
hijos.Así como ignorar lo que vemos todos los días,que los acuerdos se rompen
de un día para otro.
Afirmar que la custodia
compartida como norma preferente es una custodia impuesta es una
simpleza.Cualquier decisión judicial normalmente es una imposición a una o a
ambas partes.Por esa regla de tres podríamos decir que la custodia monoparental
a la madre es impuesta y por ello perjudicial para el menor.
La custodia compartida como norma
preferente lo que hace es que los intereses de los padres se subordinen a los
de los hijos,eliminando la capacidad de veto o chantaje que una de las partes
venía teniendo,utilizando para ello a los hijos.El juez,en función de unos
criterios objetivos,adoptará la custodia compartida si es beneficiosa para el
menor.
La vivienda es una de las
asignaturas pendientes y la ILP propone compaginar el
derecho del menor a una vivienda digna con ambos progenitores con el derecho de
éstos a tener un hogar digno propio lo antes posible.
En el tema de pensiones
alimenticias se plantea que quien más gane más pague y con el objetivo de hacer
frente al impago de pensiones,la creación de un fondo social para estas
situaciones.
El 29 de Octubre Kidetza
presentará y defenderá el proyecto de ley en la comisión de Justicia del
Parlamento Vasco.Todavía tenemos esperanzas de que por el bienestar de nuestros
hijos y para que el País Vasco tenga una buena ley,como otras CCAA con los
mismos derechos forales,la izquierda vasca sea coherente con su ideología y
prioricen la defensa del interés del menor.
Justo Sáenz Iñiguez
Pte de KIDETZA
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