Custodia compartida: "Lucho para que niños como mi hijo no vivan esta situación"
José Luis Lago lleva una semana en huelga de hambre en su lucha por lograr la custodia compartida de su hijo. El frío y las noches a la intemperie le han llevado al hospital de Basurto con pulmonía, pero continúa firme en su propósito y no parará hasta lograr su objetivo
bilbao. Al entrar a la habitación de José Luis Lago en el hospital de Basurto se pueden ver fotos de un niño de 9 años que sonríe junto a su padre. Debajo, una carta en la que se pueden leer los sentimientos de un padre que echa de menos a su hijo; un aita al que su lucha por la custodia compartida le ha llevado al hospital.
Lo primero de todo, ¿qué tal se encuentra?
Ya estoy mejor, ya puedo hablar, pero estos días anteriores he estado bastante mal. Espero ir recuperándome poco a poco.
Las noches a la intemperie le han pasado factura.
Ha dado la casualidad de que cuando he empezado la huelga de hambre en la Plaza Moyua, hemos tenido lluvia, granizo, heladas... El tiempo ha sido muy malo.
¿Continuará con la huelga de hambre al salir del hospital?
Sí, seguiré con la huelga de hambre hasta que se respeten los derechos de nuestros hijos.
¿Cuál fue la gota que colmó el vaso y le hizo ponerse en huelga de hambre?
Ese día nunca lo olvidaré. Fue el pasado 15 de diciembre, vi a mi hijo y él agachó la mirada. En ese momento supe que algo grave pasaba y decidí que había que hacer algo. En su mirada vi tristeza, nerviosismo y ansiedad.
¿Su hijo sabe que está luchando por la custodia compartida?
Mi hijo lo sabe. Él mismo, un día paseando, me decía: ¿por qué no pegamos papeles? Le expliqué que él no podía involucrarse en esto. Mientras esté conmigo, solo tiene que ser feliz.
¿Durante este tiempo ha recibido muchos apoyos?
La verdad es que está siendo increíble. En estos seis días que llevo de huelga de hambre hemos recogido 3.000 firmas. El 90% de ellas son de mujeres.
¿Y qué le dicen esas mujeres?
Me comentan que es admirable lo que estoy haciendo, que mi hijo tiene todo el derecho de estar con aita y ama. La verdad es que estoy muy agradecido del apoyo del colectivo femenino. Las mujeres, en su mayoría, también quieren una custodia compartida.
¿Han contactado con usted las instituciones?
Sí, han hablado conmigo de las Juntas Generales de Araba y el Ararteko. También me han llamado mostrando su apoyo asociaciones de abuelos, padres separados... Y no solo a nivel de Euskadi; he recibido llamadas de gente de Málaga, Sevilla e, incluso, de Austria.
¿Qué opinión tienen respecto a esta situación?
Ellos tampoco la entienden. No comprenden cómo el Estado está tan atrasado en esta materia. Se está vulnerando el derecho a la custodia compartida reconocido por la Naciones Unidas en 1959.
¿Qué es lo que más le duele de todo lo que le está ocurriendo?
El dolor que siento no es por mí, es por mi hijo, al que le están causando un daño psicológico irreversible.
Es por quien está luchando.
No solo por él. Mi batalla, mi lucha, es para que niños como mi hijo no sufran la situación que él está viviendo.
Pero no solo sufre él.
Estamos sufriendo todos: tíos, abuelos maternos... Están sufriendo mucho porque ellos tampoco pueden ver a mi hijo. El único contacto que tenían con él era cuando estaba conmigo. Ellos me están apoyando mucho.
¿Qué futuro le ve a la custodia compartida?
En menos de un año, la custodia compartida será una realidad en Bizkaia como ya lo es en otros lugares como Catalunya. Cada vez hay más separaciones y la sociedad lo está demandando.
Su deseo para el año nuevo está claro.
Que Olentzero y los Reyes Magos unan sus fuerzas para traer a los niños la custodia compartida.
José Luis Lago lleva una semana en huelga de hambre en su lucha por lograr la custodia compartida de su hijo. El frío y las noches a la intemperie le han llevado al hospital de Basurto con pulmonía, pero continúa firme en su propósito y no parará hasta lograr su objetivo
bilbao. Al entrar a la habitación de José Luis Lago en el hospital de Basurto se pueden ver fotos de un niño de 9 años que sonríe junto a su padre. Debajo, una carta en la que se pueden leer los sentimientos de un padre que echa de menos a su hijo; un aita al que su lucha por la custodia compartida le ha llevado al hospital.
Lo primero de todo, ¿qué tal se encuentra?
Ya estoy mejor, ya puedo hablar, pero estos días anteriores he estado bastante mal. Espero ir recuperándome poco a poco.
Las noches a la intemperie le han pasado factura.
Ha dado la casualidad de que cuando he empezado la huelga de hambre en la Plaza Moyua, hemos tenido lluvia, granizo, heladas... El tiempo ha sido muy malo.
¿Continuará con la huelga de hambre al salir del hospital?
Sí, seguiré con la huelga de hambre hasta que se respeten los derechos de nuestros hijos.
¿Cuál fue la gota que colmó el vaso y le hizo ponerse en huelga de hambre?
Ese día nunca lo olvidaré. Fue el pasado 15 de diciembre, vi a mi hijo y él agachó la mirada. En ese momento supe que algo grave pasaba y decidí que había que hacer algo. En su mirada vi tristeza, nerviosismo y ansiedad.
¿Su hijo sabe que está luchando por la custodia compartida?
Mi hijo lo sabe. Él mismo, un día paseando, me decía: ¿por qué no pegamos papeles? Le expliqué que él no podía involucrarse en esto. Mientras esté conmigo, solo tiene que ser feliz.
¿Durante este tiempo ha recibido muchos apoyos?
La verdad es que está siendo increíble. En estos seis días que llevo de huelga de hambre hemos recogido 3.000 firmas. El 90% de ellas son de mujeres.
¿Y qué le dicen esas mujeres?
Me comentan que es admirable lo que estoy haciendo, que mi hijo tiene todo el derecho de estar con aita y ama. La verdad es que estoy muy agradecido del apoyo del colectivo femenino. Las mujeres, en su mayoría, también quieren una custodia compartida.
¿Han contactado con usted las instituciones?
Sí, han hablado conmigo de las Juntas Generales de Araba y el Ararteko. También me han llamado mostrando su apoyo asociaciones de abuelos, padres separados... Y no solo a nivel de Euskadi; he recibido llamadas de gente de Málaga, Sevilla e, incluso, de Austria.
¿Qué opinión tienen respecto a esta situación?
Ellos tampoco la entienden. No comprenden cómo el Estado está tan atrasado en esta materia. Se está vulnerando el derecho a la custodia compartida reconocido por la Naciones Unidas en 1959.
¿Qué es lo que más le duele de todo lo que le está ocurriendo?
El dolor que siento no es por mí, es por mi hijo, al que le están causando un daño psicológico irreversible.
Es por quien está luchando.
No solo por él. Mi batalla, mi lucha, es para que niños como mi hijo no sufran la situación que él está viviendo.
Pero no solo sufre él.
Estamos sufriendo todos: tíos, abuelos maternos... Están sufriendo mucho porque ellos tampoco pueden ver a mi hijo. El único contacto que tenían con él era cuando estaba conmigo. Ellos me están apoyando mucho.
¿Qué futuro le ve a la custodia compartida?
En menos de un año, la custodia compartida será una realidad en Bizkaia como ya lo es en otros lugares como Catalunya. Cada vez hay más separaciones y la sociedad lo está demandando.
Su deseo para el año nuevo está claro.
Que Olentzero y los Reyes Magos unan sus fuerzas para traer a los niños la custodia compartida.
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